Exlibris Mauro
Tenía mi hijo pequeño ocho años cuando un día al salir del colegio me lo encontré muy excitado "¡¡¡En el patio he descubierto el esqueleto semienterrado de un dinosaurio!!!"En cuanto llegó a casa corrió a la cocina y en un santiamén se preparó el Kit de Urgencia del Arqueólogo Principiante, y que si mal no recuerdo constaba de tenedor y cuharillas, paletinas y cepillos, espátulas y pinceles. Mauro no es un niño líder sin embargo, a los pocos días había sabido contagiar su entusiasmo al resto de los compañeros que se emplearon con frenesí a escarbar la tierra. A la semana en un extremo del patio del colegio se abría un hermoso socavón por donde asomaba una amarillenta piedra de enormes proporciones. Julián, el bedel, echaba chispas. Cómo se atrevían esos mocosos a destrozar su hermoso campo de fútbol. En cambio, Frau Grimm, la profesora, animaba a los críos puesto que algunos habían cambiado lo de jugar sólo al fútbol, o a las muñecas, por algo que ella consideraba más interesante. "Es un tiranosaurio rex, no, es un triceratops, no, a lo mejor es un pterodáctilo..." Se oía gritar a la hora del recreo. Esta disputa científica se mantuvo hasta que una mañana apareció por allí el encargado de mantenimiento, que martillo neumático en ristre, sacó cuidadosamente la roca de calcita finalizando así, en un momento, un puñado de sueños.
Para darle un final feliz a esta aventura, dibujé para mi hijo este exlibris que reprenta un ojo que busca fósiles.
1 Comments:
De alguna manera, el misterio de la encarnacion se repite en cada mujer, todo niño que nace es un dios que se hace hombre......
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